'Por favor, el dueño de los tres caballos que ha dejado en el aparcamiento, que haga el favor de venir a buscarlos', se desgañitaban ayer los megáfonos del recinto de la Feria de Abril.
Las sevillanas, a un volumen atronador en todas las casetas, apenas hacían audible la advertencia. Dos niñas vestidas de faralaes se partían de risa y corrían a bailar en la Casa de Huelva, donde sonaba una bulería 'moderna' con letra sobre el sonrojo de la primera cita.
La 30ª Feria de Abril catalana ha estrenado este año nueva ubicación, esta vez en Barcelona y junto al mar, en el largo paseo de la playa de la Mar Bella. Hasta el 6 de mayo se esperan más de tres millones de personas.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de abril de 2001