Sobre las recientes declaraciones del señor Egibar sobre la 'reconquista' de Euskadi por el PP (¿y el PSE?), me atrevo a decir que en este país hace falta, en efecto, una reconquista, pero de oreden ético y moral y, si me apuran, hasta democrático. Reconquista de la libertad que muchos, demasiados, más del 50% de la sociedad, e incluyo personas del partido del que el citado declarante es portavoz, tenemos laminada; no así sus actuales dirigentes, que afirman coincidir en los fines con los que ejercen el terrorismo armado, totalitario y fascista. Reconquista de la libertad de expresión que muchos, demasiados, tenemos negada (no es tampoco éste su caso, señor Egibar), de la libertad de movimiento, del derecho a trabajar sin amenazas ni cócteles. Reconquista de las calles y alamedas, atemorizadas ahora, y esperemos que no por mucho más tiempo; de la legalidad vigente, no garantizada actualmente por sus colegas en el Gobierno, frente a las casi simpre impunes 'acciones' de los 'chicos de la gasolina' (Arzalluz dixit). En fin, este país necesita reconquistar la dignidad que perdió al pactar su partido con ETA y EH para poder así (des)gobernar patéticamente en minoría.
Sólo me quedad agradecer a los que propiciasteis dicho pacto, porque finalmente os unireís a nosotros en las manifestaciones para gritar libertad, y porque volveréis al Estatuto, punto necesario de encuentro de todos los cuidadanos vascos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de abril de 2001