Más de 10.000 personas pasearon este fin de semana por los alrededores del Acueducto de Segovia, queriendo encontrar tras sus pilares a los emperadores Trajano, Vespasiano o Domiciano, mientras las legiones custodiaban un macellum (mercado) al estilo de la época, con artesanos que vendían utensilios de alfarería, cuero, miel y dulces, o un herrero que calentaba su pieza de hierro a los pies de la gran obra hidráulica, construida sin argamasa hacia el siglo I de la era cristiana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de abril de 2001