Como ciudadano de Madrid valoro y cuestiono todas las medidas que se toman por parte del Ayuntamiento para hacer de la capital una ciudad cada vez más limpia, moderna y habitable. No hace falta remontarse mucho en el tiempo para recordar los derrumbes de edificios que se han producido recientemente. Me he quedado sorprendido al leer en la prensa la cantidad de accidentes que se producen al año en Madrid.
Suele ocurrir que los datos y las cifras en ocasiones no suelen darnos una medida de los sucesos, pero el eco que han dado en los medios de comunicación de los últimos derrumbes de edificios permiten ver la cantidad ingente de medios empleados por parte del Samur y bomberos para el rescate de heridos, demolición, recogida y limpieza.
Creo que son unas cifras que justifican claramente la existencia de un servicio específico de limpieza y recogida de escombros para lograr que las cosas se hagan de la forma más eficiente posible y en el menor tiempo que se pueda sin que con ello veamos mermado el actual servicio de limpieza que recorre Madrid todos los días.
Considero que, si queremos que Madrid pueda presumir de ser una ciudad limpia, debemos tener en cuenta una cosa importante: difícilmente se podrá lograr ese objetivo si, ante la proliferación de accidentes inesperados, los medios empleados para la limpieza ordinaria de Madrid -que, como es razonable pensar, han de estar optimizados al máximo- se tienen que desplazar para atender el accidente. Considero el nuevo Servicio Especial de Limpieza Urgente (Selur), creado por el Ayuntamiento recientemente, una buena iniciativa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de abril de 2001