La fuerte oposición de los vecinos de Vallcalent y del Camí de La Mariola, dos barrios de la huerta de Lleida, ha impedido el inicio de las obras en el vertedero municipal de Serrallarga, donde el Ayuntamiento de Lleida quiere instalar en módulos prefabricados a los 80 miembros de un clan gitano, desalojado la semana pasada de las instalaciones de la antigua hípica de Cappont por orden judicial. Los dirigentes vecinales consideran que el vertedero no es lugar para alojar a nadie y han conseguido que el consistorio leridano estudie otras alternativas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de mayo de 2001