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Reportaje:LA IMAGEN | FÚTBOL | La resaca de la jornada

Un duelo sangriento

El Barça y Celta volvieron a protagonizar un partido bronco, mal medido por el colegiado Rodríguez Santiago que terminó desquiciando a los protagonistas del campo como a la tribuna del Camp Nou. El partido acabó con nueve amonestados, entre ellos Guardiola y Gabri, que no podrán jugar por acumulación de tarjetas el derby contra el Espanyol. Pero la chispa que encendió la mecha final fue el rifirrafe que mantuvieron Puyol y Gustavo López. En un salto entre los dos jugadores, el defensa azulgrana propinó un codazo al delantero argentino que le provocó una brecha en la ceja izquierda. Gustavo López continuó jugando con la cabeza vendada. Una vez concluído el partido, el argentino se fue hacia el azulgrana. Reina, que salió disparado del banquillo, frenó a Gustavo López. Luego aparecieron Dutruel, Dani, Mostovoi y Juanfran.

La tangana terminó con los dos jugadores enfilando el vestuario y el argentino lanzando besos a la grada. Puyol pidió disculpas públicamente a Gustavo López. Éste, más calmado después de la ducha, restó trascendencia al choque: 'Cuando acaba el partido, todo muere. A mí me ha tocado recibir, pero no soy conflictivo y no lo seré ahora'.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de mayo de 2001