Los mercados de valores europeos confirmaron ayer que su orientación depende más de lo que suceda en Estados Unidos que de la evolución de la propia economía. La publicación del dato de la masa monetaria -activo en manos del público y depósitos a la vista y corto plazo- en la eurozona para el mes de marzo, con el 5%, sólo tuvo incidencia sobre la cotización del euro, que cedió terreno ante el dólar, y pasó desapercibido para las bolsas.
La masa monetaria subió tres décimas respecto de febrero y cuestiona las posibilidades de un descenso de los tipos de interés en la UE. El BCE mantiene como objetivo de crecimiento de la masa monetaria el 4,5% y todo lo que se aleje de ese nivel impide la esperada bajada del precio del dinero.
A los inversores apenas les importaba ayer que el BCE tarde algo más en bajar los tipos de interés, ya que la tendencia impuesta por Wall Street y Nasdaq seguía siendo positiva y actuaba a favor del mercado. Aunque la contratación del Mercado Continuo resultó muy baja durante la mayor parte de la jornada, al final se multiplicaron los esfuerzos y se sobrepasaron los 220.000 millones de pesetas, 1.334,34 millones de euros.
Los avances de los índices españoles fueron bastante suaves, el 1,3% en el Ibex 35 y en Madrid, pero con ellos se ponía punto final a un mes en el que el ambiente de la Bolsa ha pasado de negativo a moderadamente optimista. La Bolsa de Madrid gana el 5,33% en el mes de abril y el Ibex 35, el 4,86%, lo que les permite mantenerse a la cabeza de los principales mercados en cuanto a las ganancias anuales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de mayo de 2001