Defensa es, de lejos, el Ministerio que más recurre a la contratación a dedo (661 sobre 1.276 así adjudicados por todos los ministerios). A este sistema digital también son aficionados el Ministerio de Interior, el de Fomento y el de Medio Ambiente, según la lista confeccionada por el Tribunal de Cuentas.
El primer puesto de Defensa en las adjudicaciones a dedo se cimenta en que muchos de sus contratos derivan de convenios con el Servicio Militar de Construcciones o con empresas de armamento. Pero la quiebra de los principios de publicidad y concurrencia en el oficialmente llamado procedimiento negociado, exige, según el Tribunal de Cuentas, 'que se produzca una rápida ejecución de la prestación contractual, congruente con la imperiosa urgencia declarada por el órgano de contratación'. Y no siempre es así.
Justicia contrató a dedo el 15 de octubre de 1998 unas obras de remodelación de juzgados en Madrid que debían estar acabadas en seis meses. En enero de 2000 no habían concluido y habían sufrido un incremento presupuestario del 19,91%, al borde del tope legal que exigiría rescindir el contrato. En las mismas fechas, señala el informe, Justicia contrataba sin tal urgencia obras similares para remodelar juzgados en lugares como Guadalajara. Para Madrid invitó a tres empresas, para Guadalajara compitieron diez. La libre concurrencia no sólo ofreció mayor garantía del gasto. Lo abarató. En Madrid se rebajó un 5% el coste, mientras que en Guadalajara se redujo un 29%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de mayo de 2001