Una doctora de la clínica Sagrado Corazón comentaba ayer con un compañero: "Está ingresado aquí no sé qué Tomás, un torero". El tal no sé qué se llama José, es el triunfador de la Feria de Abril y se recupera en su habitación de la pequeña cornada que el lunes le propinó su primer toro cuando entró a matar.
Tomás se muestra satisfecho. "Ha sido un mes de abril muy feliz. He disfrutado muchísimo con los silencios y la entrega del público de la Maestranza. Me siento muy correspondido", afirma.
Al torero no le duele la cornada que sufrió en su última comparecencia en Sevilla. "Salir camino de la enfermería es un triunfo más. El toro cobra un tributo de sangre que yo estoy dispuesto a pagar. He pagado por las dos satisfacciones tan importantes que he tenido antes", asegura el torero.
Por otra parte, la corrida anunciada para ayer, de Manuel González y González-Sánchez Dalp, fue retirada por el ganadero después de que siete de los nueve toros que presentó no pasaran el reconocimiento veterinario.
Fueron sustituidos por tres toros de Gavira y tres de Martelilla. Estas ganaderías también tuvieron problemas en el reconocimiento pues cuatro reses de Gavira y dos de Martelilla fueron rechazadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 2 de mayo de 2001