En una cosa coinciden tanto el Cuerpo Nacional de Policía como las Joventuts d'Esquerra Republicana (JERC): que en la madrugada del pasado 2 de mayo, un grupo de agentes entró en el Casal Josep Irla del barcelonés barrio de Horta para solicitar la identificación de los jóvenes republicanos que se hallaban en el local. A partir de ahí, lo que para unos es un acto de 'represión policial', para otros es la respuesta de la autoridad a una 'gamberrada'.
Las JERC explican que en una reunión de militantes en el citado local, en la que se abordaba la lucha contra la globalización, la policía irrumpió pistola en mano. 'Nos encañonaron para pedirnos la identificación. Estuvimos una hora retenidos durante la cual los agentes nos identificaron; llevaban fichas policiales con nuestros datos', señalan los militantes de Esquerra, que lamentan y condenan estas actuaciones policiales, que consideran desmesuradas para un grupo de jóvenes que 'preparaban una botifarrada y un mural'.
La versión de la policía, en cambio, es otra. Después de ser alertada, siguió a un grupo de jóvenes que habían tachado la E de España de las placas de matrículas o adhesivos de 58 vehículos. Cuando iban a identificarlos, cuatro de ellos entraron en el local de las JERC y fueron seguidos por los agentes, quienes les solicitaron la documentación. La policía asegura que los jóvenes de ERC han querido dar la vuelta a la historia: 'Se les pilla haciendo una gamberrada y lo convierten en un acto represivo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 4 de mayo de 2001