He leído con profunda afectación el artículo de su periódico de hoy referente a la señora Bernardeta Lewandowska y su trágica suerte. Me parece muy loable que un periódico como el suyo publique una noticia así en su primera página de la edición nacional, y me pregunto si existe o se podría abrir una cuenta corriente en la que personas sensibles a dramas como éste pudieran hacer aportaciones económicas para que Bernardeta pueda pagar a un abogado que defienda sus intereses y para que sus hijos puedan seguir con ella y de este modo iluminar sus días de enfermedad.
Creo que somos muchos los que no sólo nos horrorizamos y solidarizamos con las grandes catástrofes lejos de nuestras fronteras, sino también con todas aquellas personas que sufren mucho más cerca de nosotros. A veces me pregunto dónde están todas las ONG y servicios públicos de ayuda cuando se dan estos casos, cuando alguien necesita que le cuiden y no puede pagarlo, cuando uno no puede mantener a los hijos que ama y protege.
También me pregunto cómo es posible que los herederos del abogado que les estafó no sientan el deber moral de ayudarles económicamente mientras se averigua el paradero del dinero del seguro.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 6 de mayo de 2001