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ENTREVISTA

'La sociedad debe tender más puentes'

Ismael Martínez Liébano se quedó ciego cuando tenía nueve años por una enfermedad en el nervio óptico. A pesar de ello hizo la carrera de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Y se quedó después del doctorado como profesor en esta facultad, hace ya 10 años.

Pregunta. ¿Cuáles son las principales dificultades que tiene para dar clases?

Respuesta. Como el edificio me lo conozco perfectamente, el problema de la movilidad lo tengo controlado. Lo más complicado es cuando quiero consultar un libro o un artículo. Entonces recurro a la ONCE o a los colaboradores de mi departamento para que me lo transcriban o graben en una cinta.

P. ¿Cómo es la relación que mantienen con sus alumnos?

R. A principio de curso lo primero que les digo es que soy ciego y que, por favor, guarden silencio. Y lo respetan. Los primeros días se nota que están un poco incómodos a la hora de preguntarme alguna duda. Yo les hago ver que es lo más natural del mundo, que no tienen que levantar la mano, sino alzar la voz directamente.

P. Y los exámenes, ¿cómo los corrige?

R. Me los lee algún colaborador del departamento o el propio alumno.

P. ¿Habrá algún día integración plena?

R. Plena, nunca. Es como si un terrícola quisiera vivir en Marte, siempre estaría en peores condiciones que un marciano. Lo que hay es que tender puentes entre la orilla de los discapacitados y la de los que no lo son. Nosotros ya lo hemos hecho. Ahora le toca al resto de la sociedad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de mayo de 2001