Carlos llega acompañado de su hermano Ángel, que es también su contratador. Ángel, el mayor, vino hace cuatro años a 'buscarse la vida'. Un año después consiguió regularizar su situación, se dio de alta como autónomo y trabaja de forma legal en la construcción. Hace siete meses le dijo a su hermano que se viniese a trabajar con él. Carlos comenzó a trabajar sin papeles. 'Poniéndonos los dos en peligro', dice Ángel. Por eso, vieron 'una oportunidad en la oferta del Gobierno'. 'Además, si no era cierto siempre podía volver a venir sin papeles', dice Carlos. Hasta el pasado lunes, cuando los llamaron por teléfono, no volvieron a saber nada. Ese mismo día los dos se acercaron a la oficina de Migraciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 7 de mayo de 2001