Estados Unidos ha vuelto a perder un escaño en las Naciones Unidas, esta vez en la Oficina Internacional de Control de Narcóticos, organismo que vigila la aplicación de las convenciones de la ONU sobre drogas. La semana pasada, la diplomacia norteamericana sufrió una primera afrenta cuando se quedó fuera de la Comisión de Derechos Humanos. Estos dos fracasos ilustran el creciente malestar del resto de los países miembros con Washington por su costumbre de boicotear unilateralmente a los que consideran sus enemigos en la lucha contra el narcotráfico y su negativa de acogerse a ciertos tratados internacionales.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 9 de mayo de 2001