'El candidato debe mostrar ante todo capacidad de gestión política para dirigir bien los asuntos públicos y sensibilidad ante los derechos y necesidades de los ciudadanos. Esta sensibilidad debe extenderse al euskera, pero no existe traba alguna, en un país donde la mayoría es sólo castellano hablante, para que no sea euskaldun. En la concepción del nacionalismo aparece como una imposición moral. Para los que no somos nacionalistas es una cualidad positiva pero no excluyente. Esto no nos exime de sensibilidad hacia el euskera, sensibilidad que manifestaron tanto Fernando Buesa, asesinado por ETA, como José Ramón Rekalde, que se salvó milagrosamente de un atentado de la misma banda. Ambos fueron en su día consejeros de Educación'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 10 de mayo de 2001