Picasso es el inspirador de esta nueva obra de José Antonio Rodríguez, a cuyo estreno absoluto asistimos la noche del viernes, dentro de la programación del XVI Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Picasso y su época azul, 'tan cercana a mí', declara Rodríguez, 'llena de inquietud, búsqueda, incluso indiferencia'.
El guitarrista azul permanece fiel al espíritu más comprometido de la creación de José Antonio Rodríguez, músico antes que flamenco y, sobre todo, músico que entiende el flamenco con el mismo rigor y parecida exigencia a los de cualquier otra música de las consideradas cultas. Su guitarra va integrándose con serenidad en la orquesta sinfónica sin dejar su papel protagonista, y en ningún momento percibimos falta de equilibrio o de adecuación entre una y otra.
El resultado es una obra de gran belleza, tersa, clara, yo diría que luminosa. Rodríguez ha logrado quizás su título más redondo en cuanto El guitarrista azul es obra que nos cautiva desde el primero al último acordes, sin desmayos ni tiempos vacíos.
Las participaciones de Enric Palomar en la orquestación y de Amargós en la dirección son decisivas. Por delante, Rodríguez interpretó, con su grupo flamenco, algunos de sus temas de creación anterior, brillando espectacularmente en las bulerías Manhattan de la Frontera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de mayo de 2001