'No podíamos hacer simplemente una ampliación de negocio, se trataba de estructurar nuestra oferta, a veces un poco ecléctica, en diferentes espacios', explica el galerista Artur Ramon, que con el impulso generacional que le han dado sus hijos Mònica y Artur Ramon Navarro ha aprovechado la apertura de dos nuevas salas de arte en la calle de la Palla de Barcelona para adaptarse al concepto de especialización que requiere el mercado del arte y las antigüedades. La nueva etapa se abre con dos exposiciones que tiene como concepto y argumento el tema de la pareja.
Desde la pasada semana son cuatro los espacios diferenciados de la galería Artur Ramon: Antiquari, dirigido por Mònica Ramon (Barcelona, 1969); Col·leccionisme, al frente del cual estará Jordi Umbert (Barcelona, 1935); Contemporani, dirigido por Àngela Cuenca (Barcelona, 1973) i Mestres Antics, cuya responsabilidad recae en Artur Ramon Navarro (Barcelona, 1967), cuarta generación de una saga de galeristas y anticuarios y que ha sido nombrado presidente del Salón de Anticuarios de Barcelona, en substitución de Jaume Xarrié.
En opinión de Artur Ramon Navarro, 'el hecho de especializarnos, aunque parezca lo contrario, permitirá un mayor interés de los coleccionistas por ámbitos que no son específicamente los suyos'. Esta conexión se vehiculará mediante una programación sincrónica en cuanto a fecha de las inauguraciones. 'Podremos realizar exposiciones de un mismo tema, pero con un tratamiento diferenciado'.
Éste es el sentido de las dos exposiciones que se inauguraron el pasado viernes. En Artur Ramon Col·leccionisme se presenta La pareja del coleccionismo y en Artur Ramon Contemporani, La pareja contemporánea. El concepto de ambas exhibiciones es establecer un diálogo con pares de piezas y así, en el nuevo espacio dedicado a artistas vivos se puede contemplar la obra de Vicente Rojo, Rossana Casano, José Manuel Ballester y Luis Marsans, entre otros. En el espacio dedicado al coleccionismo se puede ver desde una pareja de espejos neoclásicos hasta una acuarela de Frantisek Kupka en la que aparece una pareja en un galante paseo, pasando por un calendario y un termómetro franceses del estilo Imperio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de mayo de 2001