Que el Valencia gane o pierda, sinceramente me trae al pairo, pero lo que sí me importa y mucho es el comportamiento incívico de aquellos hinchas que se dedican a practicar el vandalismo acústico hasta las tantas de la madrugada en una ciudad afamada, no por su cultura, sino por el amor a los decibelios. Parece que en este país el fútbol tenga bula, y no nos damos cuenta de que se está en incremento el fanatismo futbolero y una serie de actitudes despreciativas y excluyentes de quienes tienen otras preferencias.
Que para Canal 9, en su telediario nocturno del martes 8, el alto nivel alcanzado por el Valencia justifique que sea ésa la noticia principal del noticiario no me extraña dado el ínfimo nivel intelectual de la cadena, pero que desde muchos otros medios se nos machaque hasta la exasperación con el culto a los 'héroes' (odiosa palabra) del balompié me parece un indicio preocupante de los niveles de violencia tolerada a que estamos llegando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de mayo de 2001