La quinta rebaja de los tipos de interés en Estados Unidos en lo que va de año, provocó reacciones encontradas en las bolsas de aquel país, en un primer momento, y provocó una apertura llena de reticencias en los mercados europeos. Los analistas españoles estaban contentos con esta decisión de la Reserva Federal, pero sin dejar de afirmar que mal deben andar las cosas por allí cuando es necesario abaratar tanto el dinero para que se mueva la economía.
Al final de la sesión, y ya con una apertura muy positiva en Wall Street, persistía el miedo de los inversores a algún bandazo inesperado y los índices cedieron terreno. Madrid bajó el 0,52% y el Ibex 35 un 0,82%.
Esa actitud de reserva de los inversores europeos también se debía en buena parte a la confirmación de que la inflación de la eurozona alcanzó en abril el 2,9%, como ya habían pronosticado algunos analistas. Así, la inflación no sólo no remite, sino que se mantiene al alza a pesar de las afirmaciones en contra del BCE.
La contratación de esta sesión rozó los 300.000 millones de pesetas, 1.790 millones de euros, en el Mercado Continuo, gracias a algunas compras a los precios más bajos de la jornada, cuando el índice madrileño llegaba a ceder el 1,57%. En ese momento, la cotización de los dos grandes bancos y Telefónica amenazaba con una caída superior al 2%, pero las buenas perspectivas de Wall Street favorecieron esas tomas de posiciones a precios bajos.
La Bolsa de Nueva York ganaba más de 200 puntos a media sesión, el 1,86%, y el mercado Nasdaq más del 2%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de mayo de 2001