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Reportaje:

El arte cambia de soporte

La muestra 'Sin matriz' presenta el trabajo digital e interactivo de nueve creadores españoles

Nueve jóvenes creadores reflexionan sobre la pérdida de la materia en el arte en la exposición colectiva Sin matriz inaugurada en la sala de cultura Carlos III de la Universidad Pública de Navarra-Caja Navarra de Pamplona.

En la muestra se presentan al público, en una actitud que exige del espectador su propia participación activa, nuevas técnicas de creación digital e interactiva sin otras matrices que no sean las combinaciones numéricas que dan vida a las múltiples formas de expresión digitalizada.

'Las tecnologías suponen un cambio de lenguaje para desarrollar nuevos proyectos de comunicación o arte', indica Alicia Vela, profesora de Grabado en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, cuyos cursos de posgrado han sido el germen del que ha surgido la muestra, presentada este año en la Capella de l'Antic Hospital de la Santa Creu de Barcelona y que Pamplona acogerá hasta el próximo mes de junio.

La sala pamplonesa reúne las creaciones multidisciplinares de artistas con edades comprendidas entre los 28 y los 36 años formados en Cataluña, Euskadi y Francia.

Todos ellos trabajan la impresión digital, manteniendo de la gráfica tradicional la posibilidad de la multiplicidad, si bien no precisan de la concurrencia de un elemento material anterior -la matriz- para desarrollarse. Éste es el caso de la impresión digital inkjet, que presenta Montse Carreño, o las imágenes digitales que aporta Carme Romero.

Junto a ellas, otras tienen su soporte en el propio ordenador y sólo en él pueden disfrutarse. Carreño e Ibon Sáenz de Olazagoitia presentan sendas animaciones realizadas en Macromedia Director, con incorporaciones de audio.

La muestra incorpora propuestas interactivas como el videojuego Okashi: the project of a life time, de Carme Romero, que surge de un proyector de LCD de datos, con teclado y ratón a disposición libre del público. Ni interactiva ni digital, pero absolutamente innovadora es la propuesta de Jessie Morin-Davy Fin de conte: la proyección de una diapositiva sobre cuya imagen se arroja una silueta trazada en metacrilato que a través de una máquina cinética ideada por la autora, provoca un movimiento repetitivo. Joan Morey presenta otra instalación mediante la proyección sincronizada de 160 diapositivas. Se trata de una peculiar colección de ropa que el espectador debe contemplar sentado en un cómodo sillón mientras escucha a través de unos auriculares la música seleccionada por el artista.

La variedad de propuestas es aún más amplia: Bernat Jiménez de Cisneros reúne 12 planchas metálicas fotograbadas y un vídeo VHS asociado a ellas. Finalmente, Eufrina Ramis (fotografía en cibachrome), Rafael Bianchi (offset) y Anna Marín (fotografía digital) presentan ofertas más tradicionales en cuanto a la técnica utilizada para su realización.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 17 de mayo de 2001