Rafael Sánchez, hermano de los dos jóvenes fallecidos durante el derrumbamiento del puente sobre la N-II el pasado mes de junio, criticó la actitud del Ministerio de Fomento y declaró sentirse impotente porque 'esto [la lucha para que la Administración reconozca la culpa en el accidente] es David contra Goliat'. Sánchez declaró que su familia aún espera el pésame del ministerio y añadió que lo que desean es que alguien se responsabilice de lo sucedido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de mayo de 2001