Cada vez es más frecuente usar los árboles para pegar o grapar carteles de todo tipo: espectáculos, bares y sobre todo ofertas de pisos para estudiantes. Los árboles son seres vivos. Quitemos esos carteles que afean el paisaje y dan una muestra de incivismo y llamemos a los números de teléfono para advertirles de lo incívico de su acción.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de mayo de 2001