El presidente del Gobierno, José María Aznar, insistió ayer en que el fracaso de la negociación pesquera entre la Unión Europea y Marruecos, de la que se hubiesen beneficiado los pesqueros españoles, tendrá 'consecuencias' sobre la relación que mantiene el Ejecutivo español con el Gobierno marroquí, y dio una pista sobre lo que proyecta hacer: 'Si para completar un acuerdo de pesca de la UE', declaró en RNE, 'España hace un ofrecimiento y no se produce tal acuerdo, no vamos a seguir ofreciendo lo mismo; pero eso no es una represalia, es la consecuencia natural de que no se produzca un acuerdo'.
El Gobierno tenía la intención, durante la presidencia española de la UE, a principios del año próximo, de proponer a los Quince ahondar el acuerdo de asociación firmado con Marruecos en 1996, pero tras la ruptura de la negociación pesquera ha renunciado a ello, según fuentes de la Administración. Tampoco será generoso en la renegociación del capítulo agrícola del acuerdo de asociación, pendiente desde el año pasado y que deberá iniciarse en los próximos meses, según las mismas fuentes.
Aznar se expresó ayer en términos muy parecidos a los que empleó a finales de abril después de que los Quince diesen por enterrada la negociación pesquera con Marruecos, que duró más de un año. Los términos utilizados por el presidente han vuelto a ser más duros que los de su ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, quien nunca ha formulado la más mínima advertencia a Rabat.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de mayo de 2001