Hace unos pocos días les hablé de un caso de abuso de poder en un hospital de Madrid. Pues bien, la persona que lo cometió reunió a todos los residentes y les pidió disculpas por sus comentarios; se pusieron a hablar de la situación durante bastante tiempo. Todas las partes han quedado contentas y se han puesto las condiciones para mejorar el servicio.
Es fundamental para avanzar en cualquier aspecto de la sociedad que el diálogo siempre esté presente. No ha sido necesario tener que recurrir a desagradables y comprometedoras circunstancias. Muchas gracias por la atención prestada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de mayo de 2001