La compañía La República repite la misma receta que le granjeó un gran éxito el año pasado y vuelve a proponer a los espectadores del teatro Pradillo que reflexionen sobre la condición humana y el sentido de la vida. Pero en Réquiem el análisis se produce desde una perspectiva algo lúgubre, la de 'la muerte, la propia y la del otro, la muerte límite, la muerte vacío, la muerte que quita y da sentido, la muerte nada, la muerte ausencia', en palabras del autor y director de la obra, Fernando Renjifo.
La escenografía es también austera y consta sólo de tres mesas, tres sillas y flores, con tres actores de distintas edades que relatan mediante monólogos sus experiencias. Renjifo se ha inspirado algo en El mito de Sísifo, de Albert Camus, o sea, el que simboliza la condición absurda del hombre, que tropieza siempre con las órdenes de los dioses. 'Réquiem habla del absurdo, de la dificultad, el esfuerzo, la ausencia, el paso del tiempo, la soledad y la asombrosa capacidad del hombre para ser feliz, a pesar de su trágica condición', añade.
Réquiem. Hasta el 27 de mayo (de jueves a domingo, a las 21.00), en el teatro Pradillo (Pradillo, 12, metro Cruz del Rayo). 1.500 pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 18 de mayo de 2001