Agradezco a mi colega J. B. Culla su primer ensayo de aplicación de lo que cariñosamente llama 'la prueba Félix' para la definición de la infraestructura económica de los nacionalistas. El ensayo es incompleto, pero ya se sabe que los comienzos de un método tienen algo de tentativos. El caso es que la prueba ha de ser comparativa y debe servir para conocer la acumulación de beneficios, tanto del acusador como del acusado. Culla va por buen camino en el análisis infraestructural de Jon Juaristi, pero olvida añadir el suyo, el del acusador. Quizá era debido a una cuestión de espacio y sus datos aparezcan en un próximo artículo más extenso. En todo caso, estoy seguro de que la comparación entre Culla y Juaristi aportará datos muy relevantes sobre el beneficio nacional en general y mostrará lo acertado de 'la prueba Félix'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2001