Comisiones Obreras considera que la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana que consagra el marjal de Massamagrell como espacio protegido, a pesar de ser suelo urbanizable y estar afectado por un plan parcial aprobado, obliga al Consell a modificar el Catálogo de Zonas Húmedas de tal manera que en vez de que los enclaves allí listados queden supeditados a los planes de ordenación municipales, los humedales prevalezcan sobre los planeamientos urbanos.
CC OO exige por tanto que el consejero de Medio Ambiente, Fernando Modrego, modifique el catálogo, que en 15 enclaves especifica que 'en el límite con el suelo urbano prevalecerá la delimitación' de los planes generales de ordenación urbana (PGOU). A juicio del sindicato, es al revés, cuando la zona húmeda afecta a suelo urbanizable, los municipios están obligados a reclasificar ese suelo como suelo no urbanizable de especial protección. Y cita los casos de Peñíscola (PGOU de 1977), Nules (1987), Moncofa, Sagunto (1992), Cullera (1995), Gandia (1998), San Fulgencio (1997), Oliva, Altea, Guardamar, Alcudia de Crespins, Ayora, Calp (1998) y Alicante.
La sentencia del TSJ dejaba claro este punto. Incluso para los dos magistrados (de los seis de la sala) que expresaron su voto contrario: aunque no reconocían valor ambiental en Massamagrell avalaban la tesis de que los espacios naturales prevalecen sobre los planes.
El reconocimiento del marjal de Massamagrell, que no está incluido en el Convenio Ramsar de humedales, ni se postula como lugar de la red Natura 2000, ni está catalogado por la Confederación Hidrográfica del Júcar, ni es espacio protegido, ayudará, según CC OO, a salvar zonas no listadas por Modrego, como la albufera de Oropesa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2001