La plaza de los obstáculos. Así han bautizado los vecinos a la nueva plaza de Agustín Lara, remodelada por el Ayuntamiento tras construir bajo su suelo un aparcamiento de 400 plazas. Desde hace días, los residentes de esta histórica zona han colocado pancartas en sus balcones contra el nuevo aspecto de la plazuela, aún sin acabar, en la que hay una decena de respiraderos y tragaluces de hormigón. Han recogido también 300 firmas, entregadas ya al Consistorio.
Portavoces de la Gerencia de Urbanismo, responsable de la obra, aseguraron ayer no tener noticias del malestar suscitado y manifestaron su 'total' disposición 'a sentarse con los vecinos y estudiar sus quejas'.
Juana Moral es una de las descontentas. 'Entre respiraderos y tragaluces han dejado tantos obstáculos que se ha perdido espacio para que jueguen los niños. Además, todos esos armatostes de hormigón sólo sirven para crear inseguridad, porque cualquiera puede esconderse detrás de ellos para atracar'. 'Por si no fuera poco, han puesto un banco corrido con un respaldo tan ancho que acabará siendo una cama para indigentes, con peleas, orines y suciedad', añade esta vecina.
Tampoco a las entidades vecinales les gusta el resultado. Isabel García, de la asociación Atila, se pregunta 'cómo se ha podido construir algo tan feo y duro en un entorno histórico como el de La Corrala y las Escuelas Pías'. Eduardo González, de la asociación La Corrala, cree que el descontento se hubiera evitado de haber consultado el proyecto a las entidades del barrio. 'Sólo nos pasaron una información general al principio, pero sin dar detalles'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2001