La escuela de Mar Amarillo no es la única que está en pie de guerra contra la Consejería de Educación. Mariano Arévalo, alcalde de Carabaña y presidente de la Mancomunidad de Municipios del Sureste de la Comunidad de Madrid (Misecam), ha denunciado que desde inicios del año 2000 llevan sin ver un duro de las arcas regionales para sufragar la educación de los 563 alumnos que reciben esta formación.
Los 19 municipios que componen la mancomunidad llevan tiempo adelantando los más de 10 millones anuales que les cuesta mantener a los docentes de sus presupuestos generales. Algo que, dice, van a tener complicado porque son localidades muy pequeñas. Los estudios que reciben estos alumnos -como ocurre en el resto de los 125 municipios y cuatro mancomunidades con las que Educación tiene firmado un convenio- son alfabetización, graduado escolar, acceso a la universidad para mayores de 25 y otras enseñanzas como informática y educación a distancia.
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Pero la mayor preocupación de Arévalo es que aún no ha recibido la autorrenovación del convenio, que debería haberse producido en diciembre pasado, por el que un año más la Comunidad sufragará el gasto de la formación de estas personas.
La directora de Promoción Educativa, María Antonia Casanova, asegura que Educación ya ha firmado la orden para que se libre el dinero. Y que si todavía no lo han recibido es porque Hacienda no ha librado la cantidad. En cualquier caso, asegura, no hay ningún problema y el convenio sigue en pie.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 19 de mayo de 2001