La victoria del español Carlos Mortensen en la final del Campeonato Mundial de póquer ha colmado de felicidad a sus amigos madrileños. La partida, jugada en un casino de Las Vegas, duró siete horas y fue seguida a traves de Internet por amantes del juego como Gonzalo García-Pelayo, productor discográfico y director de cine. García-Pelayo recuerda que Mortensen, con antecedentes familiares daneses y ecuatorianos, era un aficionado al billar que acudía a un local de la calle Montera donde también se jugaba al póquer. Probó suerte y demostró un extraordinario talento para las cartas. García-Pelayo le dio clases teóricas y estuvo en el grupo de aficionados que bancaron su primer viaje a Estados Unidos, a competir en el mundial de la variedad Texas hold 'em. Desde hace cuatro años, Mortensen es un profesional y reparte su tiempo entre Los Ángeles y Las Vegas. Allí se le conoce como el Orgullo de Madrid y el Galeón Español. Según García-Pelayo, le distingue 'su gran psicología y lo que llaman instinto asesino y que no es más que genialidad; lo de la noche del viernes es como una faena gloriosa de Curro Romero. Y su triunfo demuestra que en el póquer no hay mafias ni intereses oscuros: Carlos era un camarero que descubrió su vocación; después de su primer mundial, se ha financiado su participación en los campeonatos'. Ya se está preparando una partida de homenaje para celebrar su vuelta a Madrid.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001