Ferran Mascarell, ya lo sabíamos, no suele perderse ni uno de los recitales del ciclo. Lo que no sabíamos, sin embargo, es que el concejal de Cultura y titular del Institut de Cultura de Barcelona acude a ellos a cronometrar. Pero no las intervenciones, por si algún invitado se pasase de la raya, sino los aplausos. 'Es una manía que tengo desde siempre', asegura.
Según él, cuando el público no aplaude más allá de 45 segundos, se puede decir que se trata de un aplauso de cortesía. De ahí para arriba empiezan a subir de grado los adjetivos. Comprobada la medición por este informador al término del espectáculo A ti debida, el más arriesgado de los vistos hasta ahora, el cronómetro arrojó este resultado: dos minutos y 12 segundos. ¿Bueno, notable, excelente...?
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Lo más empírico sería compararlo, así que ahí van dos propuestas para hoy: ponencia inaugural de las séptimas jornadas de poesía y mestizaje, con el título Poesía e ironía, a cargo de Pepe Rubianes (Aula Magna de la Universidad de Barcelona, 11.30 horas) y la sesión Poetes joves más la de Agustín García Calvo, Razones y canciones (Claustro del Institut d'Estudis Catalans, 20.00 y 22.00 horas, respectivamente).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001