La sala Minerva del Círculo de Bellas Artes es, para Eduardo Scala, una cripta cuya planta puede servir para trazar sus ejercicios de escritura. La poesía gráfica de Scala se ha reunido en el volumen Poesía, 1974-1999 (Siruela) y sus trabajos han aparecido en revistas como El Paseante, Texturas, El Europeo y Bitzoc. Entre sus obras figuran Geometría del éxtasis (1974), Cuaderno de agua (1984), Libro del infinito (1993), Libro de arista (2000) y Universo (2001).
Desde hace 22 años compone su serie de retratos o nhombres que forman un nuevo modelo lingüístico, donde se funden escritura, tipografía, formato y estampación. En 1987 se expusieron 16 retratos en Palma de Mallorca, y alguno de estos sellos han circulado con frecuencia, como el de Llull. Del volumen de 360 re/tratos se exhiben ahora 47 sobre personajes y tres dedicados a ciudades de peregrinación, Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela. La edición, de 30 carpetas (Ediciones de la Imprenta), se ha realizado en la Calcografía Nacional, con técnica serigráfica, letra garamond, papeles Ingres de Fabriano y en el taller de estampación de Manuel Gordillo.
Scala reflexiona sobre la coincidencia, 'co-incidencia significativa', del nombre, 'nhombres de las cumbres del pensamiento universal. 'En lugar de la experimentación, los poemas nacen de una experiencia, de una geometría encontrada a través de la coincidencia', declara Eduardo Scala. 'Las imágenes letradas tienen tantas interpretaciones que espero que el espectador me explique lo que ve. Hay que encontrar el trazado secreto y el ideal que contiene. Los poemas entran en la plástica, abarcan el tiempo y el espacio y pueden ser también soportes de meditación'.
El ensayista Ignacio Gómez de Liaño escribe en el catálogo que en el nombre-diagrama de Homero 'se ven las rutas que, por todas las direcciones del espacio, siguió Odiseo desde la O central que corea su nombre'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001