La empresa ISL, que se ha declarado en bancarrota y que poseía los derechos televisivos de las principales competiciones de la FIFA, tenía una cuenta en dinero negro en Lietchenstein de más de 6.000 millones de pesetas para pagar sobornos a dirigentes de federaciones, según la revista suiza Bilanz.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001