Los empleados españoles de Marks & Spencer se manifestaron ayer en defensa de sus puestos de trabajo por primera vez desde que los almacenes británicos anunciaran, hace casi dos meses, el próximo cierre de sus tiendas en la Europa continental (nueve en España) y el despido de 4.400 trabajadores (786 españoles). Bajo consignas como 'sin trabajo no hay futuro', la marcha se inició frente a la Embajada del Reino Unido en Madrid y alcanzó su momento más álgido cuando el medio millar de empleados reunidos llegaron a su destino: la tienda de Marks & Spencer en la madrileña calle de Serrano.
'Ahí está, la cueva de Alí Babá', corearon frente al establecimiento. La protesta, convocada por los sindicatos CC OO, UGT y Fetico, comenzó a las once de la mañana y duró casi tres horas, debido en parte a un aviso de bomba que resultó ser falso. Los manifestantes, llegados de la propia capital, Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla, se cubrieron con bolsas de plástico de Marks & Spencer y gritaron proclamas contra el Gobierno y la dirección de los grandes almacenes británicos.
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'Una compañía con beneficios no tiene derecho a anunciar de un día para otro el cese de su actividad y el despido de miles de trabajadores', indicó José María Fidalgo, secretario general de CC OO, que acudió a la manifestación. 'Es hora de que los Gobiernos europeos tomen medidas para evitar este tipo de acciones', concluyó.
La plantilla española ha tardado más que sus compañeros franceses y belgas en salir a la calle para protestar, pero ayer, tras semanas de angustia, reinvindicó su derecho al pataleo. 'Estamos muy quemados y nos viene bien desquitarnos', explicó Héctor Sabatès, de 38 años, vendedor en la tienda de la plaza de Catalunya, en Barcelona. 'Es la terapia del grito', afirmó. Sabatès dejó un empleo estable por otro en Marks & Spencer y ahora se siente estafado: 'Trabajar en unos grandes almacenes de prestigio era el sueño de mi vida'.
El cierre -previsto para el 31 de diciembre como muy tarde- es inevitable, pero la plantilla quiere arrancar a la empresa el compromiso de que, en caso de venta del negocio, se garantice la continuidad de los trabajadores. 'Nosotros confiamos en la subrogación', explicó Raquel Alonso, empleada en Valencia. 'Si no nos hemos manifestado antes, es porque la empresa negoció enseguida'. El acuerdo para fijar las indemnizaciones está cerca. Marks & Spencer ofrece el pago de 46 días de salario con un máximo de 42 mensualidades.
La plantilla de Sintel, antigua filial de Telefónica al borde de la quiebra, acudió a la manifestación. Uno de ellos leyó el comunicado de cierre de la protesta: 'Para que las multinacionales no puedan despedir indiscriminadamente. ¡Viva la lucha de la clase obrera!'.
La directora de M&S, Stella Rimington, dejará su cargo por las críticas a su gestión, según el diario The Sunday Telegraph.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001