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CARTAS AL DIRECTOR

Herbicidas en la carretera

Guadalix de la Sierra, Madrid

El pasado 29 de abril, en la carretera de Colmenar Viejo a Guadalix de la Sierra (Madrid), observé a una persona dedicada a fumigar concienzudamente la cuneta de la carretera; dicho sea de paso, sin ningún equipo de protección. Aunque me extrañó, no le di al hecho mayor importancia.

Dos semanas después se aprecian los efectos del tratamiento que se estaba aplicando a lo largo de toda la carretera: en una franja de uno o dos metros de anchura la vegetación ha desaparecido como calcinada, en lo que se aprecia claramente la acción de un herbicida.

Por lo que parece, en vez del tradicional sistema de siega para el control de la maleza de las cunetas se ha optado este año por procedimientos más 'científicos'; a los responsables parece traerles sin cuidado el enorme daño ambiental que los fitosanitarios pueden ocasionar. Hay que señalar que la carretera en cuestión atraviesa una de las zonas ganaderas más importantes de la Comunidad de Madrid, y que la aplicación de estos tóxicos tarde o temprano acaba introduciéndolos en las cadenas tróficas y afectándonos a todos, sin entrar a considerar los daños en el ecosistema.

Y lo que es peor, según mis noticias lo mismo está ocurriendo en el tramo de carretera comprendido entre Colmenar Viejo y Hoyo de Manzanares, en pleno parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Es lamentable que los responsables de estos temas manifiesten un desprecio tan absoluto al medio ambiente, y que sigan guiándose por el más ramplón economicismo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 21 de mayo de 2001