El nuevo estanque de tormentas inaugurado ayer en el subsuelo de la plaza Zubieta de San Sebastián servirá para albergar provisionalmente el exceso de aguas residuales que generan las lluvias intensas y permitirá el desalojo del caudal de una manera progresiva a través de dos bombas, todo ello con el fin de evitar inundaciones. El depósito, que retendrá las aguas procedentes de la zona oeste de la ciudad, tiene unas dimensiones similares a las de dos piscinas olímpicas. La obra ha costado 240 millones de pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de mayo de 2001