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RUBÉN BARAJA

Un pronto antipático

Los gustos, las aficiones y las anécdotas de los futbolistas que han llevado al Valencia a su segunda final europea

Tiene 25 años. Nació en Madrid. Mide 1,80 y pesa 77 kilos. Frecuenta el restaurante Kailuze, en Valencia. Allí se le puede ver a menudo charlando con el dueño, Álvaro Oyarbide. Tiene mucho éxito entre las mujeres. Dice que no tiene novia. Vive, como Carboni, en el centro de la ciudad. El Valencia lo fichó al Atletico el pasado verano por 2.000 millones. Entonces, fue el fichaje más caro en la historia del club valencianista, pero su rendimiento ha estado a la altura del precio: un centrocampista completo, equilibrado en las labores defensivas y en el reparto del juego. Es un tipo serio, un punto antipático con los desconocidos. Le cuesta sonreír. Es otro de los que ha sobrepasado los 1.000 minutos en la Liga de Campeones, competición en la que ha marcado dos goles, ante el Olympiakos y el Lyón.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 23 de mayo de 2001