Antonio Trevejo Solar, de 65 años, casado y con hijos, copropietario de una sidrería en el distrito de Centro, estuvo a punto de perder la vida ayer por defender su negocio. Un supuesto toxicómano le atracó con una pistola de juguete y un cuchillo. Él se resistió a darle el dinero, y comenzó entonces una pelea durante la cual Trevejo resultó gravemente herido al recibir dos puñaladas en el abdomen. Fue intervenido quirúrgicamente y ayer se recuperaba de las lesiones. La policía busca ahora al atracador, que no se llevó ni un duro en el asalto.
La sidrería asturiana El Escarpín, sita en la calle de las Hileras, 17, tiene dos alturas. Arriba está el bar. En el semisótano, el restaurante y un despacho. Trevejo tiene una caja fuerte en ese despacho, donde guarda el dinero con el que paga a sus empleados. A las 10.45 de ayer trabajaba en su despacho cuando entró un toxicómano 'de 1,65 metros, aspecto desaliñado, pantalón azul, plumífero y guantes sin dedos, pelo largo y sin afeitar', según la descripción de dos empleados de la sidrería. El atracador sacó una pistola de plástico, apuntó a Trevejo y le exigió que le diera todo el dinero.
Trevejo no se arredró. 'Le dijo que no le daba nada y le endiñó un puñetazo en toda la cara; la pistola salió volando por los aires', explicó el camarero Jesús Rodríguez. El toxicómano se abalanzó entonces contra Trevejo y le asestó dos puñaladas en el abdomen. Los clientes, un cocinero y otro de los camareros vieron huir al asaltante y socorrieron a Trevejo. Una ambulancia del Samur 092 trasladó al herido al hospital Clínico en 'estado grave', 'con lesiones en el aparato digestivo', según el Samur.
Trevejo fue intervenido en quirófano y pasó después a la unidad de cuidados intensivos. No se teme por su vida. El herido es copropietario de El Escarpín, que se abrió hace cinco años. Desde hace dos se encarga del funcionamiento de la sidrería.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de mayo de 2001