Abraham Olano seguía siendo segundo (a 12s del líder, el italiano Dario Frigo) después de disputarse ayer la quinta etapa del Giro, una de las más largas (229 kilómetros) y de desarrollo plano de la carrera italiana. Al final, la volatta soñada por los tiffosi: la estrella emergente, el cuadrado y robusto Ivan Quaranta, una máquina de watios, el Guepardo, contra la estrella decadente, Mario Cipollini, el rey león, 1,90 metros y espectacular melena. Ganó el joven.
La etapa sirvió más para reflexionar sobre lo sucedido en la víspera, en la primera llegada en alto tras la larga y tendida ascensión al santuario de Montevergine. Allí se vivió la explosión juvenil del rubio Danilo di Luca y sus aires de play boy, la solidez del más sobrio Gigi Simoni y la fuena forma del ganador saliente, Stefano Garzelli. También se sufrió con el descuelgue de Marco Pantani, que cedió medio minuto y ayer se confesó 'frustrado y preocupado'. Olano sufrió lo que debía y aguantó. Perdió ocho segundos.
Quinta etapa. Avellino-Nettuno, 229 kms. 1. Ivan Quaranta (Alexia), 5h 29.16. 2. Mario Cipollini (Saeco), m.t. 3. Moreno Di Biase (Mobilvetta), m.t. General. 1. Dario Frigo (Fassa Bortolo), 22 h 50.35. 2. Abraham Olano (ONCE-Eroski), a 12s. 3. Gilberto Simoni (Lampre), a 13s. 4. Wladimir Belli (Fassa Bortolo), a 17s. 5. José Azevedo (ONCE-Eroski), a 19s.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 25 de mayo de 2001