El emperador de Japón, Akihito, siembra en su residencia de Tokio el arroz que, una vez recolectado en otoño, ofrecerá a los dioses en un ritual sagrado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de mayo de 2001
El emperador de Japón, Akihito, siembra en su residencia de Tokio el arroz que, una vez recolectado en otoño, ofrecerá a los dioses en un ritual sagrado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de mayo de 2001