José María Aznar clausuró ayer, en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares (Madrid), el I Curso de Instructores de Desminado Humanitario, impartido durante 45 días por militares españoles y rusos a 20 oficiales y suboficiales libaneses. En el acto de clausura, el embajador de Líbano en Madrid, Samir Moubarak, acusó a Israel, que se retiró de su país hace ahora un año, de haber dejado un rastro de unas 130.000 minas, que inutilizan el 10% del territorio libanés, y de haberse negado a entregar los mapas con su localización. Durante el último año, 130 civiles han muerto y un centenar han resultado heridos en Líbano por las minas y los cálculos más optimistas señalan que se tardará entre 15 y 20 años en retirarlas, según el embajador. La tarea de los 20 militares libaneses formados en España será precisamente instruir a sus compatriotas en esta difícil y peligrosa técnica.
En presencia del viceministro ruso de Emergencia, Aznar agradeció la cooperación de Rusia en este programa y aseguró que su reciente visita a Moscú ha servido para acordar con el presidente Putin una intensificación de las relaciones bilaterales. El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno Barberá, viajará próximamente a Rusia con objeto de ampliar también la cooperación militar.
Aznar, que no hizo ninguna alusión al último asesinato de ETA, mostró su confianza en que la Academia de Ingenieros se convierta en un Centro Internacional de Desminado. Militares salvadoreños y nicaragüenses serán los alumnos del segundo curso, previsto para este año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de mayo de 2001