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OPINIÓN DEL LECTOR

La estatua ecuestre de Franco

Hay quienes piensan que por estar en democracia 'vale todo', y que por tener el DNI acreditativo, pues que, 'todo lo que hay en España es de los españoles'. Sin respetar sentimientos ajenos, por propia iniciativa, sin más argumentos, permisos, consultas o decisiones de la autoridad, etcétera, y siguiendo, todo lo más, consignas ácrata y obsoletas, se puede, impunemente, arremeter contra todo lo que les venga en gana o no esté conforme a sus propias ideas políticas, si es que tienen alguna.

De este modo tan incivil e impresentable han obrado cinco individuos que, con unos botes de pintura roja, han pintarrajeado, encaramados en ella, la estatua ecuestre de Franco, en la madrileña plaza de San Juan de la Cruz. Seguro que encima creerán haber hecho una hazaña digna de figurar en libros de Historia o de ser jaleados como valientes 'combatientes' contra 'el dictador' en algunos medios de comunicación.

Si con este proceder se pudiese borrar el pasado histórico de nuestra España, y no hubiese un poco de respeto y sentido común, en breve iban a desaparecer, por un motivo u otro, todas las estatuas erigidas en calles y plazas de nuestro suelo patrio.

Un millón de pesetas -según el Ayuntamiento- será el costo de la limpieza del monumento, que pagaremos entre todos los madrileños. Si estos individuos han sido arrestados, lo lógico y ejemplar sería que algún juez sensato, en premio a su valiente hazaña, les obligase a limpiar ellos el estropicio cometido. ¿Se atreverá algún magistrado o autoridad a obrar de este modo?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 26 de mayo de 2001