En medio de los problemas del país se puede pensar que lo que suceda en un pueblo pequeño no tiene importancia, pero precisamente la atención a lo inmediato revela la conciencia cívica de una sociedad. Como ha señalado este periódico, en Comillas (Cantabria) hay una sistemática e insistente agresión a la franja costera y a los monumentos modernistas. La Asociación Cultural Pro-Comillas lleva tiempo denunciando esta situación, y ahora sólo falta que el Gobierno regional (del Partido Popular) responda con valentía política y no haya que escuchar lamentos a posteriori; al fin y al cabo, el mayor enemigo del patrimonio cultural y paisajístico no es la especulación, sino los gobernantes sordos a las demandas ciudadanas.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 28 de mayo de 2001