Fernando Savater tuvo ayer una intensa jornada en Valencia. Participó en el congreso ¿El retorno de la utopía? y después presentó su último libro A caballo entre milenios (Aguilar), en la librería Crisol. En su intervención en el encuentro, el autor de Ética para Amador habló sobre la utopía de la ciudadanía y señaló que 'para lograr un proyecto de consenso éste debe separarse de toda mitificación de lo ancestral que no es sino la otra cara de la barbarie'. Savater indicó que la utopía no le supone ninguna angustia sino más bien un alivio, aunque lo malo de ella es que no se cumple. Pero resaltó la importancia de los ideales, que son 'progresivos y autocorrectores, mientras que la utopía es 'algo cerrado que pretende mantener el final de la historia'.
El libro relata una crónica de los viajes que realizó durante un año por los hipódromos de todo el mundo a propósito de su pasión por las carreras de caballos que incluye todo tipo de reflexiones, desde literatura hasta política. Durante la presentación fue sometido a todo tipo de preguntas, siendo el País Vasco, uno de los temas centrales. Aseguró que los nacionalistas son 'los últimos herederos del franquismo' debido a que juzgan como 'conspiraciones judeomasónicas y del oro de Moscú' las críticas que reciben de colectivos contestarios como Basta Ya. Savater reconoció que, tras los resultados electorales no salió 'dando saltos de alegría'. 'No es que sean malos objetivamente, pero hay un contraste muy grande con las expectativas suscitadas', añadió al tiempo que afirmaba que 'las decepciones te hacen madurar'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de mayo de 2001