El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se refirió ayer al pacto que su partido ha alcanzado con el Gobierno para reformar la Justicia y dijo que uno de los puntos fundamentales de la nueva etapa en materia judicial será el intento por 'evitar y corregir' el fenómeno de los denominados jueces estrella, cuya existencia, según el líder de los socialistas, es, sin embargo, 'comprensible' por la trascendencia de los temas que se tratan en la Audiencia Nacional.
El líder socialista hizo estas declaraciones en Murcia, adonde acudió en su primera visita a esta comunidad. Zapatero opinó que este nuevo acuerdo supondrá 'un salto importante' en la mejora del funcionamiento de la Justicia, 'si se desarrolla adecuadamente', porque la mejora será 'global'. Recalcó que con este acuerdo, sumado al alcanzado en materia terrorista entre ambos partidos, 'se demuestra que es posible anteponer los intereses generales a los políticos', y reiteró que se trata de 'buenos ejemplos de una forma de ser y de un talante, de una España que necesita un Gobierno que sea sobre todo líder del diálogo, de los encuentros'. El dirigente socialista recordó que el primero en promocionar el acuerdo en materia de justicia fue el dirigente socialista Juan Alberto Belloch, y que en materia de terrorismo el PSOE siempre defendió el acuerdo 'como instrumento para ver el final de ETA'. Subrayó la 'capacidad de ejemplaridad' que está dando el PSOE al lograr estos acuerdos. Zapatero resumió lacónicamente su doctrina: 'Es mejor dar ejemplo que dar caña'.
Por el contrario, indicó que en materia de agua el Gobierno no ha optado por el consenso y ha impuesto sus planteamientos, y que actualmente en el Senado se está culminando un trámite parlamentario en el que 'no hubo voluntad política de acuerdo'. 'Ni una enmienda se va a aceptar y ni hubo intento de acercamiento, no ya al PSOE, sino al conjunto de las comunidades autónomas', agregó. Zapatero reconoció el déficit hídrico de la cuenca del Segura y la necesidad de trasvases a esta zona, y aseguró que en 2004, si gana las elecciones, afrontará este problema 'para que la esperanza de esta tierra sea cierta', pero advirtió de que lo que no estaba dispuesto a hacer son 'fuegos de artificio, promesas que serán incumplidas y engaños'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de mayo de 2001