La Orquesta Filarmónica de Madrid puede desaparecer después de su próximo concierto, previsto para el 6 de junio en el Auditorio Nacional. Así lo anunció ayer en conferencia de prensa su director gerente, Leandro Monjas, que en 1998 puso de nuevo en marcha esta formación después de que desapareciera en 1980. Esta orquesta tiene una gran tradición en la vida cultural madrileña, pues nació en 1915 de la mano del maestro Bartolomé Pérez Casas. Monjas reclama a la Consejería de Cultura una ayuda de 80 millones de pesetas, con los que desarrollaría un programa de diez conciertos al año en el Auditorio durante tres años.
Leandro Monjas manifestó ayer su pesar porque, después de que el anterior consejero de Cultura, Gustavo Villapalos, se mostrase 'muy favorablemente dispuesto' a apoyar la propuesta de esta orquesta, el actual equipo de la consejera Alicia Moreno no haya hecho más que apoyar con ocho millones de pesetas el concierto celebrado el pasado 6 de diciembre, también en el Auditorio. Para negar las ayudas, la consejería ha argumentado la carencia de presupuesto, pero Monjas se preguntaba ayer cómo entonces se han apoyado proyectos como el Festival Milenio 2001 o la Escuela Orquesta Sinfónica, con 10 millones de pesetas a cada uno.
Por su parte, Manuel Aguilar, director general de Promoción Cultural, insistió ayer en que la consejería no puede apoyar más que de forma puntual a esta orquesta, 'como se hizo en diciembre'. 'La oferta musical sinfónica clásica está cubierta en Madrid', dijo. La consejería subvenciona a la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid y a la Orquesta Sinfónica de Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de mayo de 2001