Lo leo y no lo creo: 'Cinco senadores españoles viajarán como observadores al juicio de Martínez al Estado de Florida'. ¿Padecemos en España el síndrome del nuevo rico, o realmente somos el país donde los perros se amarran con longanizas? Creo que el Estado español debe atender a españoles con dificultades en el extranjero, pero de ahí a que viajen cinco senadores como observadores a un juicio es ridículo. ¿Observadores de qué? ¿De la justicia americana? ¿Van a aprender o van a enseñar a EE UU lo bien que funciona la justicia en España? Si el Senado se muestra tan generoso con un español procesado, por muy inocente que sea, ¿por qué no con el resto de españoles procesados que claman inocencia? En todo caso, ése es el trabajo de los consulados, no del Senado. O quizás los senadores encontraron una excusa para tomar unas vacaciones en Florida y nos cuentan el rollo de observadores. En cualquier caso, o es de vergüenza o es ridículo. No creo que deba ser el papel de los senadores, por muy aburridos que estén en el Senado de Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 30 de mayo de 2001