La Ciudad Telefónica no tendrá las dimensiones faraónicas con que fue concebida por el anterior presidente de la operadora, Juan Villalonga, pero se hará. Telefónica transmitió ayer al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid su firme propósito de sacar adelante el proyecto, aunque con notables modificaciones dirigidas a ahorrar costes, mejorar su funcionalidad y ajustar las inversiones en obra al ritmo de ocupación del complejo.
Las modificaciones sobre el diseño original acarrearán compensaciones a los arquitectos del estudio Lamela. En la Ciudad Telefónica, que se construirá sobre una parcela de 170.000 metros cuadrados en la zona norte de Madrid, participan también las constructoras ACS y FCC, antiguas propietarias de parte de los terrenos.
Telefónica aseguró que en los próximos días podrá en marcha los estudios necesarios para ajustar el proyecto a sus nuevas demandas. El plan contemplaba la construcción, en una única fase de un edificio con 271.000 metros cuadrados, aparcamiento para 2.900 coches, auditorios, clínica y un hotel. La inversión prevista era de 54.000 millones de pesetas.
La compañía aseguró que el recorte aún no está cuantificado e insistió en que uno de los cambios fundamentales se refiere a la construcción por fases de lo que será la nueva sede operativa de la compañía. El objetivo es comenzar a ocupar el complejo a partir del tercer trimestre de 2004, un año y medio antes de lo previsto inicialmente y reducir de 75 a 20 el número de edificos que ocupa Telefónica en Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de mayo de 2001