La directora general adjunta de la Organización Mundial para la Inmigración (OMI), Ndioro Ndiaye, fue la encargada de presentar ayer las conclusiones del congreso organizado junto a la Consejería de Bienestar Social que comenzó el jueves en el Monasterio de Sant Miquel dels Reis. Ndiaye puso de relieve la necesidad de potenciar la formación de los inmigrantes en sus propios países y comenzar las labores de adaptación al nuevo entorno antes de la salida, no sólo mediante cursos de formación profesional, sino también de aproximación a la lengua y la cultura de destino. A este aspecto, añadió el objetivo de lograr ofrecer a los inmigrantes una igualdad de trato independientemente del país donde recalen. 'Pese a los enfoques diferentes sobre las migraciones en los países europeos de la cuenca mediterránea, todos comparten el mismo origen: han pasado de ser emisores de emigrantes a ser receptores de inmigrantes', apuntó la responsable de la OIM. En el documento se hace referencia al fortalecimiento de la coordinación de las políticas de inmigración de las distintas administraciones de un mismo país, así como la necesidad de promover 'intercambios de funcionarios de los distintos Estados, con experiencias similares en migraciones, para transmitir buenas prácticas'.
La clausura de las jornadas corrió a cargo del delegado del Gobierno para la Inmigración, Enrique Fernández-Miranda, quien aprovechó su presencia para anunciar la próxima aprobación de un real decreto para coordinar y dar respuesta a la llegada masiva de extranjeros. Ayer señaló que mantuvo una reunión con directores generales del ministerio de Interior, Sanidad, Trabajo y Asuntos Sociales, Protección Civil, y 'las instancias del Gobierno que tendrían que ser capaces de responder en un plan de emergencia debido a una llegada masiva de personas'.
Por otra parte, diversas entidades de Castellón que colaboran con inmigrantes criticaron la denuncia lanzada por el subdelegado del Gobierno en Valencia, José Vicente Ferrer, quien apuntó que no estaban rindiendo en el proceso de regularización actual al mismo nivel que entidades similares en Valencia y Alicante.
Mientras, los 13 inmigrantes nigerianos que se encuentran internados desde el miércoles en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Valencia han iniciado una huelga de hambre para evitar su repatriación, prevista para los próximos días. Médicos Sin Fronteras señaló que pretende pedir asilo a un inmigrante que sufre una herida por la que ha de recibir tratamiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de junio de 2001