¿Qué sería de Óscar Freire si no le afectara su misteriosa dolencia?Médicos de todas las procedencias han intentado ponerle a punto y no lo han conseguido. El corredor del Mapei sigue a medias. Pero, aun así, medio Freire es mucho Freire. Tras siete meses sin competir, llegó a la Vuelta a Alemania, donde le esperaban algunos velocistas a pleno rendimiento, sobre todo Zabel, el líder, con dos victorias en los días anteriores, y Steels, ganador de la primera etapa y velocista oficial del Mapei para esta carrera. Pero Freire gana incluso cojo.
Entró en calor con una etapa larga, de 240 kilómetros, apropiada para sus condiciones de hombre de clásicas. Esta vez no sintió ningún dolor en la espalda, se buscó como siempre un hueco entre los más rápidos y en el sprint acabó dando la espalda a Steels, Zabel, McEwen y todo el resto del pelotón. Ahora ocupa el segundo puesto en la clasificación general, a tan sólo 20 segundos de Zabel.
Freire, campeón del mundo de fondo en carretera en 1999, sólo ha necesitado cuatro días de competición para obtener su primera victoria de la temporada, en Mannheim, lo que le reafirma en sus intenciones de acudir al Tour para ganar alguna etapa. Por delante tiene un mes para seguir amasando victorias parciales y descubrir más piezas del puzzle que compone su lesión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de junio de 2001